Crear una página web puede parecer una tarea fácil, pero en realidad es una tarea costosa, lleva mucho tiempo en su implementación y en la elaboración de un cuidado diseño. Si nos planteamos que otros la creen por nosotros debemos saber para decidir.
No sólo se trata de cuidar el diseño gráfico y el diseño web, se trata de dotarla de otros elementos que tenemos que cuidar. Nos debemos preguntar, desde qué dominio accederán a ella los usuarios y cómo vamos a gestionar dicho dominio, dónde la vamos a alojar, qué tipos de alojamientos existen, cómo se gestiona el alojamiento, cuánto espacio necesitaremos en el servidor, qué frontend y qué backend tendrá, nos hace pensar o tiene una buena usabilidad, es modular, es interactiva…
Una vez implementada debemos preguntarnos estamos realizando bien el SEO y cómo sé cuántas visitas tiene, mi web es accesible desde móviles y tablets, tiene un diseño “responsive” o adaptativo.
Una vez puesta en marcha, cómo es el mantenimiento, cómo hacer las copias de seguridad y cómo la reestablezco si se borra…
Por último y antes de lanzarla al espacio Internet otra vez a preguntarnos: es útil, es comprensible, es recordable, es eficaz, es eficiente, es deseable…
Se necesitan opciones y se necesita saber que significa todo esto y se necesita saber para decidir.